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Finalmente, levitando al este de Cosmotirón se encuentra el Castillo de la Tempestad, conectado a través de un conducto a la Forja de Mana Duro, por el que absorbe y almacena energía mágica. Desde la nave principal del Castillo de la Tempestad, el Ojo, Kael'Thas y sus consortes controlan la actividad de sus efectivos en todo Terrallende. Alrededor del Castillo de la Tempestad orbitan tres satélites, el Arcatraz, que es una prisión interdimensional creada por los naaru para encapsular en cuarentena a varios de los seres más peligrosos del universo. Entre ellos, un Aqir y Molino Tormenta de Maná. El Invernáculo, que es un invernadero en el que los botánicos de Kael'Thas experimentan y modifican genéticamente a plantas. Además, Kael'Thas tiene sátiros a su servicio que ayudan a sus botánicos a descubrir y desvelar los secretos de la flora preservada por los naaru. Uno de estos especímenes, Laj, fue liberado de su vivero y aterroriza a parte de los botánicos. El jefe final del Invernáculo es un Anciano de lo Arcano proveniente de Darnassus que “se vio” atrapado dentro de la nave, aunque no se sabe cómo ni cuándo consiguió acceder dicha nave a ese tipo de ser azerothiano. El tercer satélite es el Mechanar, lugar que sirve de almacén y arsenal tecnológico naaru, ahora sitiado por Gan'arg y Elfos de Sangre. Desde ahí, Pathaleon el Calculador controla las actividades tecnológicas de las Forjas de Maná y otras operaciones en Terokkar y Península del Fuego Infernal.

Tormenta Abisal

Ruinas de Farahlon

Tormenta Abisal está situada en el pico noreste de Terrallende, donde linda al oeste con las Montañas Filospada. Se trata de la zona más asolada de Terrallende, completamente destrozada debido a la explosión que provocó Ner’zhul durante la apertura de los portales dimensionales. Como el resto del continente, Tormenta Abisal consta de numerosas islas flotantes a la deriva en el Vacío Abisal. Climatológicamente, la zona está envuelta en una tormenta mágica perpetua en la que rayos cargados de energía surcan el cielo y golpean violentamente la ya consumida tierra. La gran cantidad de magia pura que sobrecarga la zona da lugar a que seres de otras dimensiones se sientan atraídos por Tormenta Abisal.

 

En el pasado Tormenta Abisal era conocida como Farahlon, una fértil zona verde habitada por gigantes y el Clan Orco Riecráneos. De la antigua Farahlon solo quedan restos de ruinas draenei de Arklon, Enkaat y Farahlon (que probablemente diera nombre a la zona en su día) y colosos de roca energizados por las constantes tormentas de maná.

Nada más entrar a Tormenta Abisal, lo primero que nos llama la atención son las Forjas de Maná. Estas magníficas construcciones de origen naaru están diseñadas para absorber y refinar la energía mágica de la tierra y el aire, formando vórtices sobre ellas en el cielo. Por qué los naaru construyeron estas edificaciones para drenar magia se desconoce. Cuatro de las cinco Forjas de Maná están sitiadas por los Elfos de Sangre fieles a Kael'Thas, donde los ingenieros, por órdenes de Pathaleon el Calculador almacenan el maná en cajas para transportarlas al Castillo de la Tempestad. Durante las misiones de la zona, ayudamos a los Arúspices y los Aldor a desmantelar la actividad de los siervos de Kael'Thas en las Forjas de Maná y a detener su funcionamiento.

La última Forja de Maná sirvió de cebo y trampa para Dimensius el Devoratodo. Este señor del vacío de gran poder es el causante de la destrucción de K'aresh, el planeta de origen de los Etéreos, y de la pérdida de su antigua forma. Su influencia ha causado que numerosos abisarios se arremolinen en torno a la forja. Allí, dos facciones de Etéreos rivales -El Protectorado y El Etéreum- luchan por un objetivo común: derrotar a Dimensius y obtener su venganza. Sin embargo, el radicalismo de El Etéreum, liderado por el que una vez fue Rey-Nexo de los Etéreos en K'aresh, los llevaría a su perdición. Nuestro papel es ayudar a la facción de El Consorcio, aliándose con El Protectorado, desmantelando desde abajo El Etéreum en todas las zonas en las que trabajan para finalmente acabar con Dimensius.

Otra de las cosas que más destacan dentro de Tormenta Abisal son los Ecodomos. Los ecodomos son, como su nombre indica, domos mágicos para preservar y/o restaurar el antiguo ecosistema de Farahlon, así como facilitar la estancia a sus clientes y fomentar el comercio, asegurando unos patrones climatológicos ideales. El Ecodomo más importante es en el que se sitúa Punta de la Tormenta, unas ruinas draenei que sirven de principal asentamiento Etéreo en Terrallende.

También vemos que los Goblin han construido una base llamada Area 52, donde los científicos de B.U.M. experimentan con la volátil energía mágica de la zona e intentan construir un cohete espacial cuyo propósito es viajar por el Vacío Abisal. Desafortunadamente, desconocemos si al final consiguen terminarlo. Los Goblin de B.U.M. están aterrorizados por los continuos ataques terroristas del Doctor Bum, anterior jefe y zapador de los B.U.M., que renunciaba a usar la escafandra de seguridad y acabó irradiado por la potente energía mágica del lugar, volviéndose loco. Finalmente, terminamos con sus vandálicos actos contra el Area 52. Existe otra base Goblin en el extremo este de Tormenta Abisal que recibe el nombre de Cosmotirón, y sirve como estación de servicio para que los jugadores descansen antes de adentrarse en el Castillo de la Tempestad. ¡Además, cuenta con una peluquería!

La presencia de la Legión en Tormenta Abisal está liderada por Socrethar, un antiguo exarca draenei que sucumbió a la tentadora oferta de Sargeras en Argus, convirtiéndose en Eredar Man'ari. La misión de Socrethar en la zona es encontrar el Cristal de Ata'mal conocido como Canción Espiritual. Culuthas encuentra este cristal en las ruinas draenei de Farahlon y se lo otorga a Socrethar. Este poderoso cristal que una vez perteneció al Profeta Velen otorga una gran sensación de fuerza y claridad de pensamiento a su poseedor. Con la ayuda de A'dal, los Aldor y los Arúspices, conseguimos derrotar a Culuthas, Socrethar y a recuperar el cristal.

Al sureste nos encontramos una isla flotante donde está situado el Poblado Kirin'Var, un asentamiento de la primera expedición de la Alianza a través del Portal Oscuro liderada por el Archimago Vargoth. Poco después de construirlo, tuvo lugar la explosión que desgarró Draenor, y con él, el pueblo. La historia cuenta que algunos de los magos sobrevivieron a la explosión del planeta y permanecieron en Kirin'Var durante diecisiete años. Años después, Kael'Thas bombardeó el poblado con una bomba de maná y encerró al Archimago Vargoth y sus aprendices en su torre de magos para asegurarse de que no escaparan. A pesar del sello, uno de los aprendices del Archimago Vargoth, un Alto Elfo llamado Ravandwyr, consiguió escapar y huir hacia Area 52. Lo que queda del Poblado Kirin'Var son ruinas, los fantasmas distorsionados de los magos fallecidos y la torre de magos donde Vargoth sigue encarcelado. Siguiendo las indicaciones de una imagen del Archimago Vargoth a través de un bastón que nos facilita Ravandwyr, conseguimos llevar la paz a los espíritus atormentados de los magos muertos y liberar al Archimago Vargoth de su prisión.

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