top of page

Ravenholdt y el entrenamiento

 

Ravenholdt (también conocida como la Liga de Asesinos) es una organización de pícaros y asesinos de élite cuya sede se encuentra en la mansión con este mismo nombre, situada escondida entre las montañas al este de Trabalomas. El maestro de Ravenholdt es Lord Jorach Ravenholdt, quien da nombre a la facción. Aunque la mayoría de los miembros son humanos, no niegan el acceso a pícaros de otras razas. Al parecer, se disputan la dominancia de Alterac y Arathi con La Hermandad, una facción de asesinos, una vez habitantes de Alterac, algunos de ellos antiguos nobles de la zona.

 

Antiguamente, los jóvenes pícaros recibían una carta de Ravenholdt de su instructor en las capitales, en la cual se indicaba que debían acudir a la mansión para continuar su entrenamiento. Este entrenamiento constaba de diversas actividades, como estudios sobre venenos y su letalidad, prácticas de latrocinio y robo, preparación de bombas de humo y venenos, adquisición de materiales, infiltración, rastreo, sigilo o anatomía. El entrenamiento físico de los pícaros era también de capital importancia, ya que habían de ser ágiles, y pulían sus movimientos para ser más rápidos, caer desde gran altura recibiendo el menor impacto y daño posible, etc. En definitiva, se adiestraban para ser más mortíferos en todos los aspectos. Respecto a la anatomía, los pícaros deben conocer por dónde corren las principales venas y arterias de los objetivos, con el fin de abrírselas para desangrarlos, así como realizar golpes con diferentes efectos según la zona en la que golpeen, como por ejemplo, un potente golpe en los riñones que incapacita al enemigo por el dolor; o un ataque de gubia en los ojos, cegándolo durante unos segundos. Asimismo, poseen conocimientos de zapador y trampero, y saben desarticular trampas y usar otras tretas como la bomba de humo, para dificultar la visión de los enemigos.

La picaresca

 

Según la suerte que haya tenido el pícaro al nacer, lo será por necesidad o por vocación. Desde el punto de vista de la necesidad, nadie elige ser un pícaro. Cuando se ve abrumado por las injusticias y la pobreza de su pueblo, no queda otra opción que sobrevivir a cualquier precio. El pícaro hará todo tipo de tratos, falsas alianzas y trabajos con el fin de avanzar en la vida y escapar de sus orígenes y su pasado.

Comúnmente se les ve como matones, ladrones, bandidos, asesinos, guardaespaldas o cazarrecompensas, no importa lo que sea, con tal de que le sirva para subsistir y evolucionar como individual. Como los guerreros, la base de los pícaros no se limita a una selecta élite en la sociedad. Estos prefieren el anonimato a la fama (o infamia, según se vea) y no tienen reparo alguno en robar y hurtar. Como tal, prefieren no ser vistos, esconderse en las sombras y actuar clandestinamente. Para ellos, el latrocinio es el día a día y no lo contemplan como algo tabú o mal visto, ya que es necesario o aceptable según sus convicciones. Además, se sienten más seguros evitando la civilización que les rechazó, a pesar de que la mayor cantidad de fortuna y oportunidades se encuentren allí.

Sin embargo, también tenemos el otro lado de la moneda, en el que el individuo sí elige ser pícaro. Si bien ha nacido con suerte o el arquetipo anterior de pícaro ha tenido éxito en la vida, podrá llevar una vida digna de la élite. Algunas culturas admiten pícaros como miembros de la cúpula, como puede ser el servicio de inteligencia del IV:7 de Ventormenta, las Centinelas de Darnassus o los actuales orcos de la Mano Destrozada en Orgrimmar.

 

Este tipo es mucho más reducido y normalmente se accede por vocación o por habilidad. Como si de una escuela se tratara, estas órdenes y organizaciones se dedican al entrenamiento de los pícaros y el perfeccionamiento de sus oficios y habilidades. En el juego, los pícaros recurren a los instructores de estas instituciones conforme avanzan de nivel o necesitan reinstrucción para especializarse en otra rama.

 

Los pícaros en la sociedad

 

Como hemos visto, no todas las razas comprenden la picaresca de la misma manera, ni tienen las mismas organizaciones para instruir a los pícaros. A continuación expondremos cómo los enfoca cada sociedad.

Los humanos son, seguramente, la raza en la que los pícaros están más extendidos. Como reflejo de la sociedad actual, no todas las decisiones del rey Varian Wrynn son beneficiosas para el pueblo. Como consecuencia de esto, muchos habitantes de Ventormenta se han empobrecido hasta le punto de tener que salir de la ciudad y marchar a Páramos de Poniente, donde se congregan la mayoría de parias humanos. Es aquí de donde surgirán la mayoría de pícaros por necesidad. Muchos de estos parias, movidos por la desesperación, se unen a la Hermandad de los Defias, cuyo fin es acabar con Varian Wrynn por ser el responsable de su desdicha. Por otro lado, nos encontramos con el IV:7, que es el servicio de inteligencia de la Alianza, liderado por Mathias Shaw. En él, los pícaros de mayor rango de la Alianza (sean o no humanos) se reúnen para discutir y planear los movimientos de las campañas de la Alianza. Su trabajo comprende tanto el reconocimiento y control de las zonas a tratar como espiar y procurar que enemigos de la Alianza caigan muertos incluso antes de las batallas. Suelen ser la vanguardia de toda expedición en la Alianza. Dos de los pícaros humanos más conocidos son los criminales Edwin VanCleef y su hija Vanessa VanCleef.

Los enanos son conocidos por su afinidad a las riquezas, la caza de reliquias y los saqueos de tumbas, por tanto, son expertos rastreadores de cuevas y subterráneos. Aunque no son tan sigilosos como lo pueden ser otras razas, son excelentes pícaros. Su mayor corpulencia y fuerza les permite manejar armas más pesadas con mayor soltura, por lo que suelen ser la imagen del pícaro combate, pero tampoco se quedan cortos en el manejo de la daga.

 

Los gnomos hacen un magnífico uso de su inteligencia, astucia y pequeña estatura para sobresalir en cualquier tarea que requiera de sigilo e infiltración. Aunque su apariencia pueda decir lo contrario, son asesinos extremadamente habilidosos con las dagas y unos especialistas del escape. Al convivir con los enanos de Forjaz tanto tiempo, ambas razas comparten intereses y ambiciones.

La agilidad de los elfos de la noche, así como su afinidad por la oscuridad los convierte en excelentes pícaros. Dada también su comunión nata con la naturaleza, son sobresalientes exploradores y espías en bosques y espacios abiertos. Por estas razones, y a diferencia de como podría ocurrir con otras razas, los pícaros elfos de la noche son bien vistos entre los Kaldorei.

Sabiendo que pertenecen a una sociedad matriarcal, los hombres que deseen tomar el camino del pícaro no podrán llegar al mismo rango que el que podría una mujer. Mientras que una mujer puede convertirse tanto en Celadora o en Centinela (menor rango), los hombres solamente podrán llegar a ser Centinelas. Por supuesto, no todos los pícaros Kaldorei son Centinelas ni todas las pícaras Celadoras ni Centinelas. Las Celadoras son el súmmum de la perfección de la sutileza y el asesinato y van un paso más allá que los demás, mezclando el arte de combate de los pícaros con ciertos toques de magia de las sombras, otorgándoles la habilidad de crear Avatares de Venganza. Estos avatares son letales imágenes sombrías de las Celadoras que las ayudan en combate. La Celadora más notable conocida es Maiev Cantosombrío. Es importante mencionar que en el entrenamiento de las mujeres en estas órdenes se les inculca el sacerdocio a Elune, el cual puede ser la causa de que las Celadoras puedan utilizar magia de las sombras.

Pudiendo ya ejercer como pícaro siendo humanos, la transformación en huargen los ha convertido posiblemente en los asesinos más peligrosos de la Alianza gracias a su rabia y saña lupina. Pero no solo eso, los gilneanos, al vivir en la oscuridad y el secreto durante tanto tiempo, se han acostumbrado a vivir entre "las sombras", por lo que podría decirse que un habitante de Gilneas tiene una segunda vida previa a la apertura al mundo, casi como todos los pícaros en general. En resumen, la maldición de los huargen no ha hecho sino potenciar sus capacidades como pícaros.

Los orcos prefieren no enfocar su estilo de combate en ágiles movimientos y fintas. Su filosofía es más bien ir directo, al grano, y cuanto más fuerte mejor, pero siempre con control y frialdad. Creen que noquear al oponente con un buen puñetazo o matarlo de una puñalada al corazón es más efectivo que bailar en las sombras como hacen la mayoría de pícaros de la Alianza. Dada su robusta complexión, los orcos poseen una gran tolerancia al dolor y pueden resistir más daño físico del que otra raza podría, así como asestar fuertes golpes sin apenas esfuerzo. Curiosamente, los pícaros orcos que más habilidad llegan a adquirir son las mujeres, como puede verse en la élite Kor'kron de Garrosh, así como la conocida Garona Semiorco. Se organizan en el Circo de las Sombras de Orgrimmar, bajo el nombre de la Mano Destrozada. Estos, sin embargo, poco tienen que ver con el antiguo clan orco de Draenor, salvo en su gusto por las armas de puño. Hoy en día los orcos no se amputan brazos para reconstruírselos como arma, como solían hacer antaño los orcos de este clan.

Los trols, como ya viene siendo costumbre en la mayoría de las razas, también se ven favorecidos de su atlético físico al ser pícaros. Además, debido a que su cuerpo se regenera con el tiempo, son unos oponentes con una resistencia formidable. Los trols hoy en día coexisten con los orcos en el Circo de las Sombras bajo el manto de la orden de la Mano Destrozada. De forma similar a los no-muertos, los trols poseen un amplio conocimiento sobre venenos y demás toxinas, aunque esta vez naturales, no artificiales.

 

En otra vida humanos, los no-muertos no han perdido su arte con su muerte. De hecho, se aprovechan de que no tienen necesidades físicas como comer, dormir o respirar para ejercer de perfectos asesinos. A los no-muertos pícaros se les conoce como "mortacechadores". No es un nombre casual, ya que la víctima de un acechador renegado no va a encontrar sino la muerte. Los no-muertos en general son conocidos también por sus conocimientos alquímicos centrados en los venenos y el añublo, y los pícaros harán uso de él para emponzoñar sus armas con potentes toxinas.

Como elfos que son, los elfos de sangre poseen también la agilidad natural que les caracteriza, pero si a eso le añadimos sus grandes conocimientos arcanos, tenemos a los matamagos más poderosos de la faz de Azeroth. Los elfos de sangre pícaros no existieron hasta después de la destrucción de la Fuente del Sol, tras la cual quisieron asegurarse de que nadie más intentaría provocar otra vez revueltas y guerras internas entre los sin'dorei, las cuales pondrían causar la extinción de su raza. En la actualidad, muchos de ellos forman parte de las fuerzas de Los Errantes, organización liderada por Halduron Aladorada y que forma parte del triunvirato de gobierno de los elfos de sangre, junto al gran magister Rommath y el señor regente Lor'themar Theron.

 

Y por último, tenemos a los curiosos goblin. De los goblin poco hay que decir, salvo que están motivados por el dinero y la codicia, convirtiéndolos en maravillosos ladrones. Dado que su estatura es similar a la de los gnomos, es común encontrar goblin en misiones de saqueo o infiltración. Muchos de los goblin pícaros forman parte del Escuadrón GOB.

Los pandaren pícaros son casi en su totalidad, efectivos del Shado-Pan. Como militares que son, se encargan de misiones de reconocimiento, espionaje, rastreo y asesinato. A pesar de su complexión rechoncha, los pandaren son extremadamente ágiles y poseen unos reflejos sobrehumanos. La pícara pandaren más conocida es Taoshi, la mano derecha de Taran Zhu.

 

El pícaro como clase: procedencia de sus habilidades

 

El origen de las habilidades del pícaro es un tanto incierto, pues la gran mayoría de ellas proceden de las Celadoras del Warcraft III y más bien indirectamente. Así que creemos que su origen es más bien temático que proveniente directamente de Warcraft.

 

Así, de las Celadoras tenemos las siguientes habilidades:

 

  • [Abanico de cuchillos] cuyo efecto entonces era el mismo que ahora.

  • [Golpe siniestro] el cual se parecía más al Lanzamiento de Shuriken porque era a rango y también envenenaba.

  • [Paso de las sombras] que se llamaba anteriormente Teletransporte.

 

Además, de esta unidad podemos tomar también el [Sigilo] que por aquel entonces se llamaba Esconderse. Aunque en Warcraft III no lo tenían, es muy posible que habilidades como [Capa de las Sombras], [Hojas de las Sombras], [Embozo de encubrimiento], [Andar de las Sombras] y [Danza de las Sombras] tengan a su vez su origen indirectamente en las Celadoras.

 

De los Bandidos y Pícaros tenemos, como en el caso de las Celadoras, el [Sigilo], pero también [Evasión] y el uso de venenos. Creemos que [Desvanecerse] proviene del Maestro de Espadas también.

Cabe la posibilidad de que las demás habilidades hayan sido creadas por conveniencia, pero muchas de ellas pertenecen también a las costumbres de cada raza, según hemos visto antes. Por ejemplo, los trucos de ingenio y astucia, como pueden ser [Distraer], [Robar], [Bomba de humo] y [Desactivar trampa]. Podemos atribuir habilidades como [Sprint] o [Ráfaga de velocidad] a la gran agilidad de los pícaros.

 

Aunque eran Bandidos y Pícaros los que usaban venenos en W3, los verdaderos maestros del envenenamiento eran los no-muertos, los trols, y los pícaros de Ravenholdt, perfeccionando su preparación hasta dar con una receta que permitió a los pícaros elaborar sus propios venenos letales a partir de materiales comunes, sin necesidad de comprarlos en ningún mercader.

El recurso principal de los pícaros es la energía. Esta energía podemos considerarla como un tiempo de recuperación por el cual el pícaro se recompone físicamente y planea cuándo es el momento idóneo para realizar su siguiente ataque. A diferencia, por ejemplo, de los guerreros, que están entrenados para tener una forma muscular y resistencia física formidables, los pícaros necesitan ese tiempo muerto de descanso y premeditación. Los ataques realizados van descubriendo las debilidades del objetivo y preparándolos para rematarlos con una habilidad final, como Eviscerar o Envenenar.

 

Asesinato

 

Cuando nos referimos a asesinato, no nos referimos al arte de matar gente y ya está. No. Para los pícaros, el asesinato es un arte que va mucho más allá que acabar con la vida del oponente. Los asesinos inyectan letales toxinas directamente en el torrente sanguíneo de su rival, dejando que mueran ellos solos por el efecto nocivo del veneno. Sin embargo, no todo son venenos y sangre envenenada, también son unos expertos de la tortura y la mutilación del enemigo. Los pícaros especializados en asesinato desgarran a sus enemigos para hacerles sangrar, y aprovechar las heridas abiertas para facilitar la infección.

Los pícaros asesinato hacen uso de un número de toxinas con las que cubren sus dagas. Existen varios tipos de venenos letales a disposición del pícaro, como el veneno mortal, que es el más dañino de todos; el veneno hiriente, cuyas toxinas dificultan la sanación de las heridas del afectado; el entorpecedor, que entumece los músculos; el veneno de aturdimiento mental, cuyos efectos sedantes impiden al objetivo pensar con claridad; el veneno parasitante, una toxina vampírica que drena la salud del afectado; y el veneno paralizante, una versión mejorada del veneno entorpecedor, que es capaz incapacitar momentáneamente por completo el cuerpo del oponente.

 

Las dagas son el arma de elección de los asesinos, ya que así se aseguran de que asestan el primer golpe, rápido y doloroso. Como es obvio, un asesino ha de acabar con su enemigo con sangre fría, y siempre de la forma más dolorosa posible. Esto permite al pícaro aprovecharse de la creciente debilidad de su víctima para encontrar puntos ciegos donde despacharle con eficacia.

Combate

 

Combate es la especialización de pícaro que da prioridad al estilo de pelea fuera de las sombras antes que dentro de ellas. Como consecuencia, sus habilidades no se centran en el sigilo, sino en el fragor de la batalla. Los pícaros combate tratan de dejar al enemigo en desventaja, para ello, utilizan una serie de fintas y sofisticados golpes donde no se lo espera. Una vez revelada su debilidad, comienza el aluvión de golpes. Conforme combate, el pícaro obtiene información vital del enemigo, que le sirve para conocer dónde ha de golpear para infligir más daño.

Esta especialización favorece la utilización de armas pesadas, como espadas, mazas, y más recientemente hachas, pero su destreza permite al pícaro utilizarlas con gran velocidad y precisión. El pícaro no se ve abrumado si le superan en número, ya que gracias a su gran manejo de las armas, es capaz de golpear a varios objetivos a la vez. Sin embargo, esto requiere un mayor esfuerzo físico y mental, por lo que su capacidad de concentración se ve mermada.

 

Aun así, como pícaro que es, puede asaltar a los enemigos frenéticamente con una serie de golpes mortales por la espalda desde las sombras, conociéndose esta técnica como Asesinato Múltiple. Este frenesí mortal puede también causar subidones de adrenalina en el pícaro, incrementando su concentración durante unos instantes, así como la velocidad a la que puede realizar movimientos. Así, pues, los movimientos de un pícaro combate recuerdan a los de un bailarín, cuya perfección, gracia y velocidad hacen de él una unidad mortífera en cualquier batalla.

Sutileza

Como su nombre indica, Sutileza abarca el estilo de combate desde las sombras, prefiriendo siempre el sigilo y el combate por la espalda. Asestando rápidas puñaladas con dagas, los pícaros especializados en Sutileza son la cúspide de la elegancia. Su estilo ágil y mortífero les permite atacar rápidamente por la espalda y luego volver a ocultarse hasta a encontrar desprevenida a la próxima víctima.

 

Como todo pícaro, un Sutileza busca también empezar con ventaja, por lo que nada más aparecer de entre las sombras, comienza o bien emboscando al enemigo sin que se lo espere, o asestando un golpe bajo que aturde al enemigo, o engarrotándolo, haciéndole sangrar y volviéndolo incapaz de musitar palabra alguna. Cuando la situación no permite ocultarse en las sombras, los pícaros sutileza tienen a su disposición un arsenal de técnicas enfocadas a perforar al enemigo a puñaladas y causarle sangrados. Además, su afinidad a las sombras les permiten desvanecerse en ellas y llevar a cabo una Danza de las Sombras durante la cual consiguen utilizar habilidades que normalmente requerirían preparación y premeditación en sigilo.

bottom of page