Otras características de los Caballeros de la Muerte
Los Caballeros de la Muerte necesitan estar en conflicto constantemente, pues de lo contrario sufren un dolor y agonía sin precedentes, similar a lo que los Elfos de Sangre pudieran sentir al perder la Fuente del Sol. Sólo el derramamiento de sangre, el clamor de la batalla y el infligir daño a otros calma ese dolor eterno que jamás cesará.
Además, los Caballeros de la Muerte, como todo no-muerto, sufren una especial debilidad por los hechizos sagrados y divinos, por su oscuro origen.
Todo lo que soy: ira, crueldad, venganza, te lo confiero a ti, caballero de la Muerte elegido. Te he otorgado la inmortalidad para que anuncies una nueva y oscura era para la Plaga.
Serás la fuerza que ejecute mi castigo. Allá por donde vayas, causarás fatalidad. Vete y persigue tu destino, caballero de la Muerte.
Tipos de Caballeros de la Muerte
Si por algo son conocidos los Caballeros de la Muerte, es por ser la implacable mano derecha del Rey Exánime. Portadores de hojas rúnicas que liberan muerte y morbosidad entre sus enemigos, son también unos poderosos contrincantes en el cuerpo a cuerpo.
Sin embargo, existe otro tipo de Caballero de la Muerte, aquellos cuya obediencia pertenecía al Consejo de la Sombra y a su sádico maestro Gul’Dan, sin ningún tipo de manipulación de su voluntad.
Este tipo de Caballero de la Muerte es distinto al jugable y conocido por todos: no eran campeones de la no-muerte, sino almas de malvados nigromantes y brujos del Consejo de la Sombra contenidas en los cadáveres de los caballeros de Ventormenta.
Además, estos Caballeros de la Muerte no destacaban por ser aguerridos y curtidos veteranos de guerra cuyo dominio del combate cuerpo a cuerpo es incuestionable, sino poderosos hechiceros empleados como arma contra la poderosa magia que ostentaban los humanos.
Si Arthas fue el Caballero de la Muerte más ilustre de su categoría; Teron Sanguino, antiguo brujo orco del Consejo de las Sombras, lo es de los de la suya.
Los Caballeros de la Muerte jugables pertenecen a los considerados “de tercera generación”, siendo la “primera” los Caballeros de la Muerte de Gul’Dan y los de “segunda” generación los campeones caídos de la Mano de Plata (entre los que se encuentra Arthas).
La sangre, fuente de la vida eterna
Es conocido el interés que múltiples hechiceros oscuros poseen sobre la sangre, tanto por su poder corruptor como por su siniestro poder curativo. Sin embargo, en su mayoría, son incapaces de explotar este recurso con tal maestría como lo hacen los Caballeros de la Muerte.
Podríamos decir que este tipo de Caballero de la Muerte enfoca su poder mágico de forma defensiva, alimentándose de la violencia vertida en el campo de batalla para mejorar sus características de combate y recuperarse, protegerse con corruptos resguardos o rodearse de una legión de repugnantes gusanos que drenan la salud de sus enemigos para otorgársela al Caballero de la Muerte y a sus aliados.
Otra poderosa característica de los maestros de la sangre, es la capacidad que poseen de convocar una réplica fantasmal de su Hoja Rúnica para que lo asista en combate e incluso lo ayude a bloquear los ataques que el enemigo le lance.
Los Caballeros de la Muerte de la Plaga y de Acherus tienen un vínculo poderoso con su maestro, tanto mental como físico. Este vínculo permite a los oscuros jinetes liberar la furia del yermo helado donde su maestro reside y enfocarlo contra sus enemigos provocándoles una amarga y fría muerte.
Desatar los vientos glaciares de Corona de Hielo, provocar hipotermia, bloquear el avance del enemigo congelando sus pasos y evitar el lanzamiento de hechizos del enemigo helando su mente son la especialidad de este Caballero de la Muerte.
Además de por sus gélidos hechizos, los Caballeros de la Muerte vinculados a la Escarcha se caracterizan por portar dos Hojas Rúnicas menores, una en cada mano, y ser igual de eficaces que quienes emplean un gran arma.
El ominoso y gélido abrazo de la muerte
Los muertos se alzarán a tus pies, sometidos
Si por algo son conocidos los Caballeros de la Muerte, es por su capacidad de comandar hordas de criaturas no-muertas al campo de batalla y devorar todo rastro de vida allá por donde él y sus esbirros pasan, dejando tras de sí un paisaje ominoso, desolado y en podredumbre.
Los puntos fuertes de este tipo de Caballeros de la Muerte son, sin duda, su habilidad para infestar con múltiples enfermedades a sus enemigos, provocando que ejércitos enteros se pudran en vida; arrojar oleadas de oscuridad, y crear campos de fuerza capaces de absorber los más poderosos hechizos y convertirlos en poder rúnico para el aciago campeón.
No obstante, como comentamos más arriba, los Caballeros de la Muerte Profanos suelen ir siempre acompañados de una enorme variedad de esbirros no-muertos: Necrófagos (clásicos zombies que se alimentan de la carne de los vivos), geist (cadáveres deformados de personas ahorcadas), esqueletos e incluso gárgolas (seres alados que atacan al enemigo con oscuros hechizos y pueden convertirse en piedra para recuperar salud). Además de aquellos compañeros que el Caballero de la Muerte quiera convocar, puede además vincular la voluntad de otro no-muerto a la suya, manipulándolo, sea cual sea: abominaciones, fantasmas, ánimas de todo tipo...
Otras técnicas de estos Caballeros de la Muerte van desde hacer explotar los cadáveres de los caídos con el fin de infestar y dañar a las víctimas próximas a este hasta devolverle la vida a un aliado con libertad de voluntad, algo que sólo poseen los jinetes de Acherus.
La forja de runas
Este pequeño apartado es interesante. Los Caballeros de la Muerte de la Plaga tenían total acceso a unas curiosas forjas mágicas, que les permitían engranar diferentes tipos de runas a sus armas, volviéndolas más versátiles a los planes del jinete.
Existen runas de diferentes tipos, desde aquellas que protegen al Caballero de la Muerte de múltiples formas, pasando por aquellas que lo fortalecen en combate, hasta aquellas que amplifican el poder mágico de sus hechizos.
Los Caballeros de la Muerte en las diferentes sociedades
Odiados, temidos y rechazados por prácticamente todas las sociedades, los Caballeros de la Muerte sólo se encuentran en agradable compañía entre los de su orden.
Sólo dos razas ofrecen cierta comprensión hacia los campeones caídos y su estado de no-muerte: los renegados (quienes son también no-muertos) y los troll (que acostumbran a tratar con los espíritus de los muertos y, los practicantes de vudú oscuro, con criaturas no-muertas).
Sin embargo, a pesar de ser parias en sus respectivas facciones, son estimados veteranos de combate cuya ayuda en la batalla es incuestionable, acudiendo allá donde la Horda o la Alianza necesitan.